La violencia en el móvil.

Las nuevas tecnologías llegaron pretendiendo hacernos la vida mucho más fácil, con el fin de hacer “un mundo más feliz”.
Pero en ocasiones, esas nuevas tecnologías, son utilizadas para sacar lo peor del ser humano. En este caso para sacar el lado más cruel de los jóvenes, quienes sintiéndose anónimos e impunes en la red sacan su “lado oscuro”,  valiéndose de lo que teóricamente pretendía facilitarles la vida y potenciar tanto sus actividades educativas como mejorar sus momentos lúdicos. Las nuevas tecnologías.
En esta entrada vamos a tratar una actividad que se ha extendido entre algunos adolescentes que han encontrado sus mejores ratos de divertimento grabando con sus terminales móviles cualquier actividad cruel,  que se encuentran casualmente en la calle o simplemente provocando situaciones de extrema crueldad hacia otras personas, para grabarlas y compartirlas posteriormente entre sus círculos o a través de la red.
Estás grabaciones no tienen otro sentido que el de satisfacer su propio entretenimiento así como el cruento orgullo de ser el responsable de la grabación difundida.
Estas personas, denominados “happy slappers” (los del guantazo feliz o tortazo divertido) sorprenden a sus víctimas, que incluso a veces eligen al azar, a quienes comienzan dándoles un tortazo o guantazo, después las agresiones continuarán con verdaderas palizas e incluso vejaciones al máximo extremo.
A diferencia del ciberacoso más “tradicional”, en el que una única persona es suficiente para desarrollar el acoso a través de la red, en el “happy Slapping” son necesarios mínimo dos personas, mientras uno o varios realizan las agresiones, otro que no participa es el encargado de grabar con un móvil lo que está pasando, llegando a convertirse en el “animador” hacía el resto de responsables incluso convirtiéndose en la voz en “of” del macabro “reportaje”.
Como ya se ha comentado, estos “bestias” normalmente elijen a sus víctimas al azar, en parques, calles poco habitadas, etc, sin embargo es muy común que entre sus víctimas se encuentren indigentes, personas que se encuentran en estado de embriaguez o bajo los efectos de las drogas y que no son conscientes de lo que sucede “a su alrededor”. Estas personas, a quienes pillan desprevenidos o incluso durmiendo en la calle,  se convierten en una presa demasiado fácil para los agresores. Algunos recordaréis algún caso de agresiones de este tipo hacia mendigos, que aunque los “DELINCUENTES” manifiesten que su única intención era “pasar el rato molestándole“, finalmente la víctima ha terminado falleciendo (no tenéis más que buscar en las hemerotecas)
En algunos medios han llegado a definirlo como una modalidad de ciberbullying, sin embargo yo difiero de esa calificación del “happy Slapping”, y es mi opinión personal. Mientras que el primero es una práctica que se presenta normalmente en el ámbito escolar (tanto víctimas como autores son menores), siendo un acoso dirigido a víctimas en particular teniendo continuidad en los acosos, en el caso del “happy slapping”, la víctima puede ser cualquiera, adulto o menor, y no suele ser una acción que se repita con la misma persona. Si bien se puede dar, y de hecho se da, dentro del ámbito escolar de forma frecuente.
Otra de las características, de este salvaje y agresivo acoso, es que los agresores se justifican normalmente de que forma parte de un juego, de una actividad lúdica.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Estadísticas de casos de Ciberbullying. España 2017